REFLEXION: ¿SER EL MEJOR O SER EXCELENTE?

¿Alguna vez alguien nos dijo que la misión era llegar a ser el mejor? Es común escuchar; ¡si te esfuerzas, puedes llegar a ser el mejor de la clase!, fulanito es el mejor en el juego, este contador es mejor que el otro. El sistema educativo está estructurado desde el paradigma de la competencia. Se compara una institución con otra, existen ranking de posiciones y todo con una connotación positiva.

Sin embargo, siento que algo está mal. El deseo de ser el mejor, implica necesariamente que otros deben estar por debajo de, y esto ha sido el origen de muchos conflictos. La idea de superar a los demás, tan popularmente aceptada en nuestra sociedad, ha causado mucho daño y dolor.  Hitler fundamentó toda su filosofía política en la absurda idea de que la raza aria era la mejor. Estados unidos soltó sus bombas sobre Hiroshima y Nagasaki para que todo el mundo se enterara que militarmente nadie los podía superar.

No avanzamos porque el nuevo alcalde desea ser mejor que el anterior, y entonces se inventa nuevos proyectos abandonando los que inicio su predecesor; piensa que sus ideas son mejores que las del otro, y que la nueva escuela llevara una placa con su nombre, reconociéndolo como fundador.  Todo esto, me resulta absurdo.

Existe un principio mucho más digno y elevado. ¡La excelencia!  La excelencia implica superarse a sí mismo, no superar a los demás

En un salón de clases y en la carrera profesional, solo uno puede ser el mejor; sin embargo, muchos o todos pueden ser excelentes. Si alguien se destaca en un área del conocimiento, ves la oportunidad de aprender y te alegras; si alguien está en proceso de aprendizaje, puedes ayudar, compartes conocimiento y te sientes feliz cuando otros alcanzan mayores alturas. No compites con nadie, el asunto es superar tu propio registro y la superación de otros es una oportunidad, no una amenaza, es una evidencia de que si se puede y lo celebras. ¡Eres excelente!!

La excelencia es mucho más justa. No es razonable comparar, por ejemplo, el promedio del Icfes de una institución que tiene por misión formar integralmente a sus estudiantes, que no rechaza a los desventajados, sino que se entrega para ayudarlos a superarse, que trabaja no solo en lo académico, sino también en lo social y la formación moral; con otra institución que filtra el ingreso de sus alumnos con rigurosos exámenes y enfoca toda su energía para garantizar ser ¨la mejor¨ en los resultados. No son comparables, los resultados de la primera son invaluables.

No es razonable comparar el promedio académico de un alumno que disfruta de la estabilidad y el apoyo de su hogar, que ha sido querido y que ha tenido la oportunidad de una buena educación, con otro que viene luchando con las adversidades de la vida y que tiene que trabajar y estudiar al tiempo. Existen excepciones, pero en la mayoría de los casos, los ¨mejores resultados¨ los obtienen quienes disfrutan de mejores condiciones.

En los colegios y universidades hablamos de excelencia, pero enseñamos competencia. Las becas y los cuadros de honor alaban el mejor promedio e implícitamente inducimos a los alumnos a pensar que son mejores o peores que los demás; y la verdad es que no somos mejores que nadie, ni siquiera somos iguales, somos distintos.

Los que estamos en el mundo de la educación, tenemos una gran oportunidad para cambiar la cultura de competencia. Que los cuadros de honor sean para los que pudieron superarse a sí mismos, para los que se destacaron dándole la mano a otro; seguro que la medición requiere un mayor esfuerzo, pero vale la pena con creces. Que se trabaje en equipos, donde los fuertes puedan ayudar a los que hoy son débiles y que aprendan a disfrutar de los logros de los demás tanto como de los propios.

Enseñemos que no somos comparables, que todos podemos ser excelentes y que aquellos que han tenido las mejores oportunidades de la vida pueden encontrar la felicidad, ayudando a los demás; que no existe virtud en superar a otros, pero si en ayudarlos.

¡Dios nos ayude a liberarnos del afán de ser los mejores y que nos inspire a ser excelentes!!

Un saludo fraternal